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Antonio Cisneros (Lima 1942). Ómar Ortiz (Bogotá, 1950).
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Presentaciones
Sobre Antonio Cisneros. Por Juan Manuel Roca.
Sobre Ómar Ortiz. Por Víctor López Rache
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Fragmentos en la contracarátula.
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Sobre Antonio Cisneros.
Por Juan Manuel Roca.
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ANTONIO CON CISNEROS,
SEÑAS PARTICULARES
Por Juan Manuel Roca.
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Páginas 13 a15 del libro
(Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas)
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Si de señales hablamos, si de signos trazados en la arena o
en
el agua del tiempo, al leer a Cisneros creemos estar frente
a un
poeta de impronta muy peruana no obstante haber bebido en
muchas fuentes idiomáticas y culturales.
Cisneros es un buen traductor de sí mismo, alguien que se
es-
cucha y que luego traslada al afuera sus visiones de la
historia,
del arte, de la cotidianidad y de una fauna de entrecasa que
lo
mismo se admira frente a los ojos encandilados de una rata
que
frente a las lonjas de las ballenas que se pudren como
grandes
montañas de carne.
Y lo hace en un coloquio consigo mismo que logra de manera
desdoblada establecer un diálogo con los demás.
Quizá esto lo logre a partir de una vuelta de tuerca que no
es-
tablece una sacralidad al poema cuando logra juntar materias
de las más diversas procedencias: suscitaciones de la Biblia
y
del bolero, de la historia repetida como comedia -Karl Marx
dixit-, del rey Lear deseando lo mejor para su hijo, de un
largo
oficio en la poesía que siempre tiene la bella inutilidad de
hacer
agujeros en el agua.
Todo lo anterior lo vive sin el agobio de tener que
atraparlo en
el poema, sin mucha premeditación ni alevosía, permitiéndo-
se puntos de fuga para buscar guijarros planos en la Lima de
Barranco o para tararear sólo para su oído un valsecito
criollo.
Se podría decir que Antonio Cisneros vive registrando sus
hue-
llas, que a veces se sigue a sí mismo empleando los viejos
mol-
des de la novela negra y se esconde tras de un diario o bajo
las
solapas alzadas de un gabán para no perderse de vista.
Es por esa vigilancia de sí que uno siente que su poesía no
se
falsea, que es absolutamente suya y que la distribuye de
manera
natural lo mismo en evocación del abuelo Cisneros que del
abuelo Campoy, lo mismo entre una crónica limeña que en
medio de los pajarracos que invadieron su ciudad llenando de
guano las estatuas, que subido al taxi donde el taxímetro o
el
necrómetro marca la cercanía de la muerte del poeta Robert
Lowell.
Es este formidable poeta de la lengua una rara mezcla, una
cru-
za de feligrés sin religión y de hedonista irredento, no
obstante
sus guiños católicos a veces encubiertos por un humor
certero
y oblicuo que baja de un pedestal los temas solemnes.
En su obra, y pudiera decirse que en su vida, parece que
Cisne-
ros compartiera el aserto de Friedrich Schlegel, aquello de
que
nada es más despreciable que un ingenio triste.
En verdad, lo suyo es algo más que el producto de un
ingenio.
La forma como mezcla en una marmita secreta sus imágenes
cotidianas y surreales no pocas veces, hace yunta entre una
in-
teligencia aguda y el arrebato, entre aparatos verbales
conte-
nidos y sopesados y el rapto poético que le saca la lengua a
la
razón.
Cisneros sabe, antes que nada, escuchar su voz, su propio
can-
to de sirenas sin cubrirse de cera los oídos.
Como el poeta de "Hojas de Hipnos", entiende que
"la his-
toria es el reverso del traje de los amos" y que, en un
rasgo
un tanto ácrata desmonta las heráldicas del pasado para
aten-
der al tramado de los hechos sin aparente dignidad
histórica,
como quien vive en el vientre de un cetáceo y lo asume como
un hecho natural.
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Sobre Ómar Ortiz.
Por Víctor López Rache
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MILAGROS DEL HUMOR
Por Víctor López Rache
Páginas 61 a 64 del libro
(Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas)
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La poesía de Omar Ortiz ayuda a preservar el milagro. El
mi-
lagro de la palabra como la usa el ser natural. Es imposible
encontrar un verso con pretensiones poéticas, sin embargo,
podemos decir que los textos de este libro son poesía,
inquie-
tante poesía. Página tras página vamos descubriendo
sorpresas
conforme aparecen los azares de la vida, que predominan en
el libro. Pues cuando Ortiz habla de vida, la asume como
algo
parecido a una máxima cargada de humor, especialmente en
aquellos poemas que evocan las aventuras de los personajes
aje-
nos a las tragedias de la época. Entre líneas el poeta nos
dice,
que a quienes han elegido la seriedad como destino, la vida
se
les ríe y han terminado en malas relaciones con ella. Eso
parece
sucederle al enano de los poemas de Las muchachas del circo,
en los cuales, además, el enano no es la viñeta de un
adulto, ni
una caricatura infantil; podría ser el maestro de la ironía,
o un
dios perverso.
El poeta también nos recuerda que escribir poesía no implica
divorciarse de la realidad y de los placeres y desencantos
del
trascurrir, la poesía no esquiva ninguna etapa de la edad.
De
manera sutil nos dice lo que siempre ha hecho el hombre,
pero
al contrario. El ser tradicional celebra el nacer y llora el
morir,
mas en el mundo de Omar, la palabra abre un nuevo camino y,
para recorrerlo, es necesario desatenderse del nacimiento
para
poder establecer "las minucias de la muerte". En
ese trasegar
un hombre puede someterse a la costumbre irresponsablemen-
te. Sin embargo, como es sensato, ya sin enojos, debe
entender
el silencio de los vecinos; otros, menos tímidos se casan
para
poder seguir siendo fieles a las delicias de los bajos
fondos. Po-
demos notar que la poesía de Ortiz eleva el amor proscrito a
un
nivel en que, un experto en bares, lo podría describir con
una
pluma de ángel. Es tal el manejo de sus situaciones y
persona-
jes (no pocos poemas son titulados con nombres propios) que,
en sus páginas, no es raro encontrar circo, alambique, matro-
na, alcantarilla; palabras que en un poeta distinto
simplemente
causarían escozor. También es capaz de hazañas que ni
siquiera
ocurrieron en las épocas que soportaban los héroes:
atravesar
montañas y valles por un puñado de sal.
Esto no significa que Ortiz sea un poeta de misterios
invisibles.
Nuestro tiempo es nuestro principal bien, y lo único a salvo
de embargos. Es un tiempo intransferible al ritmo de
nuestros
contemporáneos. No es el tiempo de los inmortales y menos
de lo inaprensible, de lo metafísico. De tamaña
trascendencia
nos podría dar un testimonio menos etéreo "el gato que
sabe
de memoria la huella de sus dedos". Así, los poemas de
Omar
Ortiz no ignoran aquella premisa que dice que el poeta
verda-
dero poetiza las experiencias de su tierra: "Ahora soy
una des-
teñida foto que mi madre lleva a cuestas en plazas y
desfiles".
Es innecesario saber la historia para observar que su
trabajo se
adentra en la memoria de los desaparecidos. Entre bromas y
furias, Omar es un poeta con poemas afortunados acerca de
la violencia. A través de su poesía conocemos una época de
hechos perversos: temeroso de lo que ven sus ojos hasta los
cuervos huyen. Bajo esos mismos cielos, eliminan a un hombre
cuando querían asesinar a la mujer que encarna la palabra de
un pueblo. La sobreviviente es Aída Quilcué y, refiriéndose
al
presidente encubridor, ella dice:
"Mentiroso, mentiroso, mentiroso".
Difícilmente la palabra mentiroso podrá oírse tan estremece-
dora en un poema distinto al de Omar Ortiz, Su grito es el
susurro de una indígena, herida, huérfana y viuda. Evoca
dis-
tintos gritos de desespero e indignación. Leyendo el poema,
incluso, podemos oír el eco del gallo que cantó tres veces
para
cumplir la sentencia capciosa de Dios. Nada de alma en tiem-
pos de despiadados en que las religiones son más avaras que
los banqueros. El espejo es incapaz de dejar ciego al
asesino
cuando se peina. El alma sería, apenas, uno de los licores
de
la lengua insaciable de Dios. Por eso, dentro de esas mismas
fronteras, también, hay quienes ensayan el suicidio por
diver-
sión. No para asustar a deudos ni para burlar las cartillas
de los
especialistas en la mente humana. No. A aquel suicida le
"gusta
observar el rostro culposo de Dios". Poética manera de
ponerle
a Dios defectos y responsabilidades del hombre. La poesía de
Omar Ortiz oscila entre la broma y el milagro.
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Antonio Cisneros
Índice de poemas
-
Ómar Ortiz
Índice de poemas
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NTC ... ENLACES:
Sobre Antonio Cisneros.
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Sobre Ómar Ortiz
http://omarortiz.blogspot.com/2006_10_14_archive.html
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"Cequiagrande" de Omar Ortiz
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SOBRE
Doble Fondo I. Octubre 2009
http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2009_09_27_archive.html
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El poeta Juan Manuel Roca lee algunos de sus poemas publicados en Doble fondo I.
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Sobre Víctor López Rache
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Sobre la Biblioteca Libanense
http://www.libano-tolima.gov.co/sitio.shtml?apc=C-n1--&x=10697
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Omar Ortiz Forero en la 25 Feria Internacional del libro de Bogotá , 25 FILBo. Abril 2012
Fuente de la foto:
http://www.facebook.com/photo.php?fbid=3781916707743&set=a.3781753663667.168689.1271715599&type=3&theater
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Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
* Se actualiza periódicamente. Mayo 11, 2012
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