miércoles, 18 de marzo de 2009

"Alguien pasa". Meira Delmar. Homenaje (I) de NTC ...

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Portal-blog complementario a NTC ...
Nos Topamos Con ... http://ntcblog.blogspot.com/ ,
ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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Homenaje y memoria de NTC ... a
Meira Delmar
Olga Chams Eljach
(21 de abril, 1922- 18 Marzo, 2009)
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Su voz, su figura, su lucidez, su presencia, su poesía, ...:
Videos:
* http://www.youtube.com/watch?v=3pzAnqVe3mU en el Festival Internacionacional de Poesía de Medellín
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Meira Delmar en la Casa América, Madrid, el 21 de Octubre de 2008
Meira Delmar llega por cuarta vez a España, por invitación de la Embajada de Colombia. En esta oportunidad, su poesía y su voz se instalarán definitivamente en nuestra memoria.
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** http://www.youtube.com/watch?v=37iT3rPdzFE Poema "Nueva Presencia" de Meira del Mar (1912-2009) Leido por ella en el homenaje que le hiciera la Revista de Arte y Poesía Quitasol. (Bello, Colombia 2007). En recuerdo de nuestra querida poeta.

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*** Meira Delmar en Gaceta, El País, Cali. Marzo 29, 2009 http://ntcpoesia.blogspot.com/2009_03_30_archive.html

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*** Meira Delmar en el suplemento Generación de El Colombiano de Medellín (Marzo 29, 2009) http://www.elcolombiano.com/publicaciones/generacion/muestra.php?xml=gen2932009 páginas 10 y 19.

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*** Meira Delmar en: Colombia - Poetry International Web
http://colombia.poetryinternationalweb.org/piw_cms/cms/cms_module/index.php?obj_id=8925 Allí los siguientes poemas (en español e inglés)
10 WINGED HAIKUS , DEATH IN VENICE , PROMISE , RETURNINGS , SECRET ISLAND ,
SOLITUDE , THE FLOWERING TREE , THE SPLENDOR y WATERCOLOR

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HOMENAJE PÓSTUMO A LA POETA MEIRA DELMAR. JUEVES 26 DE MARZO, 2009. 7 PM . PATIO ESPAÑOL, SEDE UIS BUCARICA, BUCARAMANGA, Entrada Libre . Transmisión en directo por las Emisoras de la UIS. Trasmisión en vivo por internet: emisoras.uis.edu.co

Una grabación (audio, aprox. una hora) , muy "casera", en bruto y sin editar*, de este homenaje, en http://www.ziddu.com/viewfile/4032099/MAEIRAJARDINMAR2609.mp3.html . Tiene al inicio unos 12:30 minutos que habría que cortar ... , etc (Puede adelantar la "cinta")

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En El País , Madrid, OBITUARIO
Meira del Mar, poetisa del desamor
La escritora colombiana fue amiga de García Márquez
WINSTON MANRIQUE SABOGAL 22/03/2009 . El País , Madrid
http://www.elpais.com/articulo/Necrologicas/Meira/Mar/poetisa/desamor/elpepinec/20090322elpepinec_2/Tes

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‘In memóriam’ . Escritora de palabras nobles : Meira Delmar . Por: Carlos José Reyes ** Dramaturgo, historiador y escritor bogotano./ Especial para El Espectador, Cultura 23 Mar 2009 - 10:00 pm http://www.elespectador.com/impreso/cultura/cultura/articuloimpreso130088-escritora-de-palabras-nobles (Allí texto completo)

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EL HERALDO. DOMINICAL especial dedicado a MEIRA DEL MAR: http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/dominical.asp Allí : “Secreta Isla” (<--- allí foto con Gabo, 2007) / El viejo muelle / Meira Delmar: la rosa que a la ceniza se resiste / Breves páginas con Meira / Un hondo y secreto amor / Evocaciones / Su voz como un rumor de olas / Destino / Meira se fue, pero nos deja su poesía. Y galería fotográfica. . (Carátula del Dominical: http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoMedios/Imagenes/rdpor230309.jpg )

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Despedida a Meira Delmar. Sepelio. http://www.eltiempo.com/colombia/caribe/la-despedida-a-meira-delmar_4889485-1

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La noticia (Marzo 19, 2009) en:
*** El Espectador
http://www.elespectador.com/impreso/cultura/cultura/articuloimpreso128780-meira-delmar-pasa-el-viento
Foto: http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/images/feb2009/8458f14011d29263440503e9c5100894.jpg
*** Revista Semana
http://www.semana.com/noticias-cultura/adios-meira-delmar-grande-poesia/121903.aspx
*** El Tiempo
http://bogota.vive.in/libros/articulos/marzo2009/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_VIVEIN-4884982.html
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"Alguien pasa"
Meira Delmar
10.0 x 15.0 x 0.4 cms. 70 páginas
Primera edición. Agosto, 2007
- Fotografía: María Isabel Casas de NTC … . Mayo 1, 2008 Feria Internacional del Libro de Bogotá
-
Carátula del libro Ilustración: Muelle de Puerto Colombia por Gloria Mejía (Allí texto de Meira).
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La colección Un libro por centavos, iniciativa del Departamento de Extensión Cultural de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo, junto con el Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, persigue la amplia divulgación de los poetas más reconocidos en el ámbito nacional e internacional y la promoción de los nuevos valores colombianos del género, en ediciones bellas y económicas, que se distribuye como obsequio para los suscriptores de la revista El Malpensante.

Este número 30 es una antología de MEIRA DELMAR,
preparada por el poeta MIGUEL MÉNDEZ CAMACHO
para esta colección.
EDICIÓN VIRTUAL COMPLETA, ver:
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Contraportada del libro
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí) Meira Delmar es una gran poeta de América.
Juana de Ibarbourou
Aun cuando la dicción de Meira Delmar es en extremo femenina con su gesto de enardecida espiritualidad, es asimismo, por sus altas calidades, incorruptiblemente poética. Ello ha hecho que se le admire con general y devota atención como a figura ejemplar de las letras colombianas.
Fernando Charry Lara
Una de las poetas esenciales de Colombia.
Eddy Torres
La obra poética de Meira Delmar, de una exquisitez y pulcritud, la ubican como una de las voces más representativas de la poesía en lengua castellana, obra que fue decantando hábilmente con el paso del siglo XX y que ha entrado serena y elevada a este nuevo siglo que nos habita.
Hernán Vargascarreño
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Universidad Externado de Colombia, Fernando Hinestrosa, Rector
Hernando Parra, Secretario General
Miguel Méndez Camacho, Decano de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo
Clara Mercedes Arango, Directora de Extensión Cultural
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Contenido
La tarde 9
Canción triste 11
Futuro 13
Raíz antigua 15
La otra 17
Muerte mía 19
Huésped sin sombra 21
Ruptura 23
El resplandor 24
Destino 25
El día 27
Regresos 29
La señal 31
Los días idos 32
Ausencia de la casa 34
De paso 36
Soneto marinero 38
Soledad 39
Soneto del vivo amor 41
Dejo este amor aquí… 42
Duda 44
Ausencia de la rosa 45
Instante 46
Carta de Roma 47
Allá 49
Muerte del olvido 50
El regreso 51
Breve encuentro 52
Preludio 53
Cervatillo 54
El milagro 56
Perfume 58
Alguien pasa 59
Duda 62
Sol y sombra 64
El llamado 66
EL AUTOR 68
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MEIRA DELMAR nació en Barranquilla, Colombia, en 1922*, de padres oriundos
del Líbano, Medio Oriente. Su nombre de pila es OLGA CHAMS ELJACH. Estudió
música en el Conservatorio Pedro Biava de la Universidad del Atlántico, donde
luego tuvo a su cargo las cátedras de Historia del Arte y Literatura, estudios que
adelantó en Italia. Es miembro correspondiente de la Academia Colombiana de
la Lengua y durante 36 años dirigió la Biblioteca Pública Departamental del
Atlántico, la que hoy en su honor lleva su nombre. Colaboradora habitual de
diversos periódicos, catálogos pictóricos y revistas académicas y culturales. En
1995 la Universidad de Antioquia le otorgó el Premio Nacional de Poesía,
distinción que el alma máter entrega como reconocimiento a los valores más
representativos de la poesía colombiana contemporánea.
La presente antología es una selección de sus siete libros publicados
y lleva el nombre de uno de ellos: Alguien pasa, de 1998.
(Página 68 del libro)
-
* Falleció el 18 de Marzo de 2009
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FOTOGRAFÍAS DE LA POETA
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Con la poeta Ana Mercedes Vivas.
Meira habla telefónicamente con Maruja Vieira White (1.922, 25, Diciembre), su amiga y contemporánea.
Fotografía: María Isabel Casas de NTC … . Mayo 1, 2008 Feria Internacional del Libro de Bogotá
-
Ana Mercedes Vivas, hija de Maruja Vieira, conversa con Meira DelMar
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POEMAS
MEIRA DELMAR LEE ALGUNOS DE SUS POEMAS
(VIDEOS)
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TODOS LOS DEL LIBRO
Textos escaneados por NTC … y difundidos con caracter cultural y didáctico.
Y fundamentalmente como homenaje a la Poeta.
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9
La tarde

Te contaré la tarde, amigo mío.

La tarde de campanas y violetas
que suben lentamente a su pequeño
firmamento de aroma...

La tarde en que no estás.

El tiempo, detenido, se desborda
como un dorado río,
y deja ver en su lejano fondo
no sé qué cosas olvidadas.
El día vuelve aún en una ráfaga
de sol,
y fija mariposas de oro
en el cristal del aire...

Hay una flauta en el silencio, una
melancólica boca enamorada,
y en la torre teñida de crepúsculo
repiten su blancura las palomas.

La tarde en que no estás... La tarde
en que te quiero.

Alguien, que no conozco,
abre secretamente los jazmines
y cierra una a una las palabras.
--
11
Canción triste

Una tarde, una tarde, ya no estaremos juntos
bajo el cielo de mayo, sonoro de campanas.
De pronto, y para siempre, nos quedaremos solos,
terriblemente solos y heridos de nostalgia.

Tal vez la lluvia sueñe por el jardín callado
tañendo los cordajes de su arpa repetida.
Diremos cosas vagas, estremecidamente,
huyéndonos los ojos, el alma, la sonrisa.

Una tarde, una tarde, tu corazón y el mío
sentirán que se rompe lo que ahora los ata.
Como cuando se deja la orilla azul de un puerto
nos quedarán adioses temblando en la mirada.

Y un día, sin quererlo, pronunciarás mi nombre
con la melancolía del que en la noche canta…
En medio del crepúsculo cruzado de palomas,
yo, repentinamente, me llenaré de lágrimas.
--
13
Futuro

Vengo de la tristeza de tu olvido futuro
como de alguna extraña ciudad deshabitada.

Crucé tu voz de ahora, tu corazón de ahora,
el cielo que comienza detrás de tus palabras,

y me encontré en un tiempo donde ya no volvían
tus ojos y mis ojos de una misma distancia.

Y vi crecer en torno sombras de ruinas, vagos
espectros de jazmines, de tardes con ventanas

abiertas al arroyo de lumbre del verano
y a la lluvia que el aire revestía de arpas.

Y vi también tu frente de soledad, de frío.
El ángel de mi nombre en ella agonizaba.

Y regresé temblando de la indecible noche.
Con la sangre sin júbilo. Con el rostro sin lágrimas.

Como quien vuelve un día de contemplar su muerte,
o como el que cruzando la primavera, pasa

junto al dolor pequeño de una golondrina
inmóvil para siempre sobre la tierra clara.

…En mis manos, lo mismo que una gota de oro,
está cayendo el alba.
---
15
Raíz antigua

No es de ahora este amor.

No es en nosotros
donde empieza a sentirse enamorado
este amor por amor, que nada espera.
Este vago misterio que nos vuelve
habitantes de niebla entre los otros.
Este desposeído
amor, sin tardes que nos miren juntos
a través de los trigos derramados
como un viento de oro por la tierra;
este extraño
amor,
de frío y llama,
de nieve y sol, que nos tomó la vida,
aleve, sigiloso, a espaldas nuestras,
en tanto que tú y yo, los distraídos,
mirábamos pasar nubes y rosas
en el torrente azul de la mañana.

No es de ahora. No.
De lejos viene
–de un silencio de siglos,
de un instante
en que tuvimos otro nombre y otra
sangre fugaz nos inundó las venas–,
este amor por amor,
este sollozo
donde estamos perdidos en querernos
como en un laberinto iluminado.
----
17
La otra

No soy la que te ama.

Es otra,
que vive con su alma
dentro de mí.

A veces, tú lo sabes,
cierro los ojos para
no caer en los tuyos,
y te hablo del viento
que escribe la mañana
en su libro de viajes,
y digo sonriendo,
que algún día me iré.

Ella, la enamorada,
cruza entonces las venas y me toca
de lumbre el corazón.
Y te mira en silencio.
A través de mis párpados, te mira
olvidándose en ti.

¡Y de pronto te besa con mi boca,
y crees que soy yo
la que te besa!
-
19
Muerte mía

La muerte no es quedarme
con las manos ancladas
como barcos inútiles
a mis propias orillas,
ni tener en los ojos,
tras la sombra del párpado,
el último paisaje
hundiéndose en sí mismo.

La muerte no es sentirme
fija en la tierra oscura
mientras mueve la noche
su gajo de luceros,
y mueve el mar profundo
las naves y los peces,
y el viento mueve estíos,
otoños, primaveras.

¡Otra cosa es la muerte!

Decir tu nombre una
y una vez en la niebla
sin que tornes el rostro
a mi rostro, es la muerte.

Y estar de ti lejana
cuando dices: “La tarde
vuela sobre las rosas
como un ala de oro”.

La muerte es ir borrando
caminos de regreso
y llegar con mis lágrimas
a un país sin nosotros,
y es saber que pregunta
mi corazón en vano,
ya para siempre en vano,
por tu melancolía.

Otra cosa es la muerte.
---
21
Huésped sin sombra

Nada deja mi paso por la tierra.
En el momento del callado viaje,
he de llevar lo que al nacer me traje:
el rostro en paz y el corazón en guerra.

Ninguna voz repetirá la mía
de nostálgico ardor y fiel asombro.
La voz estremecida con que nombro
el mar, la rosa, la melancolía.

No volverán mis ojos, renacidos
de la noche a la vida siempre ilesa,
a beber como un vino la belleza
de los mágicos cielos encendidos.

Esta sangre sedienta de hermosura
por otras venas no será cobrada.
No habrá manos que tomen, de pasada,
la viva antorcha que en mis manos dura.
Ni frente que mi sueño mutilado

recoja y cumpla victoriosamente.
Conjuga mi existir tiempo presente
sin futuro después de su pasado.

Término de mí misma, me rodeo
con el anillo cegador del canto.
Vana marea de pasión y llanto
en mí naufraga cuanto miro y creo.

A nadie doy mi soledad. Conmigo
vuelve a la orilla del pavor, ignota.
Mido en silencio la final derrota.
Tiemblo del día. Pero no lo digo.
---
23
Ruptura

Apenas nos hubimos encontrado
comenzó la distancia a destejernos
los ojos, las palabras, el asombro,
antes que se apretaran nuestras vidas
en la urdimbre del tiempo.

Y quedaron los hilos en el aire.
Un instante en el aire, como queda
un pájaro, su vuelo,
en tanto que lo borra
la tormenta.

Después, no más,
el viento.El resplandor


Nunca supe su nombre.

Pudo
ser el amor, un poco
de alegría, o simple-
mente nada.

Pero encendió
de tal manera el día,
que todavía
dura su lumbre.

Dura.
Y quema.
---
25
Destino

Un día, para siempre,
dejaremos la isla.

Irán quedando atrás,
perdiéndose en la niebla
del otoño, las tardes
en que ardía el sol,
las noches
enjoyadas,
la vida.

Y aquel amor que nos cayó en las manos,
nunca supimos desde dónde, como
una paloma de cegado vuelo.

No volveremos, al partir,
los ojos.

Ni el corazón, herido,
volveremos.

El mar, al fin, recobrará lo suyo:
tu camino y el mío,
separados.

Y otra vez nuestras naves
harán la misma ruta
sin jamás encontrarse.
---
27
El día

No es la hora.

Todavía
como barcos de piedra, las ciudades
hundirán en el polvo su estatura,
y otra vez desde el polvo irán creciendo
desnudas de su forma naufragada.

Todavía estos nombres, estas manos,
volverán a encontrarse, a repetirse
en la niebla y el sol de los milenios
lo que dura una rosa.

Todavía este bosque y sus gacelas
borradas en la fuga,
sentirán en la savia y en la sangre
la quietud del coral, y en torno suyo
apagarse la voz del ancho viento
en azules abismos.

Y entonces ha de ser –no es esta la hora–,
el día verdadero.

El día de llegar por dos camino
a la amorosa tierra,
y entregarnos los ojos para siempre
en la mirada que cruzó los siglos
buscándose.
---
29
Regresos

Quiero volver a la que un día
llamamos todos nuestra casa.
Subir las viejas escaleras,
abrir las puertas, las ventanas.

Quiero quedarme un rato, un rato
oyendo aquella misma lluvia
que nunca supe a ciencia cierta
si era de agua o si era música.

Quiero salir a los balcones
donde una niña se asomaba
a ver llegar las golondrinas
que con diciembre regresaban.

Tal vez la encuentre todavía
fijos los ojos en el tiempo,
con una llama de distancias
en la pequeña frente ardiendo.

Quiero cruzar el patio tibio
de sol y rosas y cigarras.
Tocar los muros encalados,
el eco ausente de las jaulas.

Acaso aún estén volando
en torno suyo las palomas,
y me señalen el camino
que va borrándose en la sombra.

Quiero saber si lo que busco
queda en el sueño o en la infancia.
Que voy perdida y he de hallarme
en otro sitio, rostro y alma.
---
31
La señal

Pronunciaré tu nombre
en la última hora.

Así sabrá la muerte
dónde encontrarme cuando
llegue.
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32
Los días idos

Los días
idos,
los fragantes
días, con los brazos
llenos de rosas, con la copa
llena de vino,
¿qué se hicieron?
¿Hacia dónde
se alejaron, envueltos
en la hebra de oro
de las flautas,
alto el sol todavía,
sin aguardar la sombra?

¿Junto a quién, como antes
en torno mío, tejen
el armonioso friso
de las antiguas ánforas,
desnudos en el tiempo
de su sola belleza,
al aire la aromada
guirnalda de su canto?

Nada queda en mis manos
de lo que ellos portaban,
ni en la arena la forma
de su danza.

Me dejaron tan sólo,
por olvido,
la dorada memoria
de sus cuerpos.
---
34
Ausencia de la casa

Donde estuvo la casa
queda el aire.

No se sabe por qué.

Nadie pudo
destruir su contorno
en los jardines,
la sólida techumbre que impedía
el vuelo de los niños tras los sueños,
las rejas enhebradas de jazmines,
los balcones.

Otra tuvo que ser
la causa de su salto hacia el vacío.
Las ventanas quizá se abrieron juntas
y partieron de golpe cielo arriba,
aleteando las hojas de madera
como antes lo hacían cuando el viento.

O las puertas, tal vez
fueron las puertas
al forzar las dinteles y las jambas
en busca del espacio contenido
en las líneas estáticas del muro.

Todo ha podido suceder en torno
de esa huida sin rumbo de la casa.

Todo menos que mano alguna hiriera
su cuerpo que habitaba la alegría.
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36
De paso

No es el tiempo
el que pasa.
Eres tú,
que te alejas
apresuradamente
hacia la sombra,
y vas dejando caer,
como el que se despoja
de sus bienes,
todo aquello que amaste,
las horas
que te hicieron la dicha,
amigos
en quienes hubo un día
refugio tu tristeza,
sueños
inacabados.
Al final, casi
vacías las manos,
te preguntas
en qué momento
se te fue la vida,
se te sigue yendo,
como un hilo de agua
entre los dedos.
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38
Soneto marinero

Digo tu nombre, mar, tu nombre ardido
de soles y de júbilo creciente,
y el corazón enamorado siente
más clara la presencia del latido.

Velero que navega repetido
por los quietos espejos de la frente,
regresa tu paisaje lentamente
como si retornara del olvido.

Y surge tu comarca marinera
con una trashumante primavera
de espumas en la mano de cristal.

Y tu voz de colores, y tu alada
corona de blancura trabajada
en gaviotas y pétalos de sal.
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39
Soledad

Nada igual a esta dicha
de sentirme tan sola
en mitad de la tarde
y en mitad del trigal;
bajo el cielo de estío
y en los brazos del viento,
soy una espiga más.

Nada tengo en el alma.
Ni una pena pequeña,
ni un recuerdo lejano
que me hiciera soñar…
Sólo tengo esta dicha
de estar sola en la tarde
¡con la tarde no más!

Un silencio muy largo
va cayendo en el trigo,
porque ya el sol se aleja
y ya el viento se va;
¡quien me diera por siempre
esta dicha increible
de ser, sola y serena,
un milagro de paz!
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41
Soneto del vivo amor

Está mi corazón tan obstinado
en quererte latido por latido
que el tiempo me parece un detenido
presente, sin futuro ni pasado.
Y está mi pensamiento tan atado
a ti, por sobre el muro del olvido,
que a veces se detiene sorprendido
de hallarte de mis ojos desterrado.

No sube hasta mi canto la amargura
del largo desamor que me depara
la frente que veló por mi ventura.

Porque lejos de cuanto nos separa
crece al viento la altiva llama pura
que en su fuego sin muerte me abrasara.
----
42
Dejo este amor aquí…

Dejo este amor aquí,
para que el viento
lo deshaga y lo lleve
a caminar la tierra.

No quiero
su daga sobre mi pecho,
ni su lenta
ceñidura de espinas en la frente
de mis sueños.

Que lo miren mis ojos
vuelto nube,
aire de abril,
sombra de golondrina
en los espejos frágiles
del mar…

Trémula lluvia
repetida sin fin sobre los árboles.

Tal vez un día, tú,
que no supiste
retener en las manos
su júbilo perfecto,
conocerás su rostro en un perfume,
o en la súbita muerte de una rosa.
----
44
Duda

Ahora ya no somos
como ayer, como antes.
Ahora vamos solos,
cada quien por su aire.

A veces yo pregunto
por tu voz, por tu nombre.
Me miran y sonríen:
ninguno los conoce.

Pienso entonces que pudo
ser mentira el encuentro.
Y perderte tan sólo
la otra cara del sueño.
---
45
Ausencia de la rosa

Detenida
en el río translúcido
del viento,
por otro nombre, amor,
la llamaría
el corazón.

Nada queda en el sitio
de su perfume. Nadie
puede creer, creería,
que aquí estuvo la rosa
en otro tiempo.

Sólo yo sé que si la mano
deslizo por el aire, todavía
me hieren sus espinas.
----
46
Instante

Ven a mirar conmigo
el final de la lluvia.
Caen las últimas gotas como
diamantes desprendidos
de la corona del invierno,
y nuevamente queda
desnudo el aire.
Pronto un rayo de sol
encenderá los verdes
del patio,
y saltarán al césped
una vez más los pájaros.

Ven conmigo y fijemos el instante
–mariposa de vidrio–
en esta página.
---
47
Carta de Roma

Te escribo, amor, desde la primavera.

Crucé la mar para poder decirte
que, bajo el cielo de la tarde, Roma
tiene otro cielo de golondrinas,
y entre los dos un ángel de oro pasa
danzando.

La cascada de piedra que desciende
por Trinitá dei Monti hasta la plaza,
se detuvo de pronto y ahora suben
azaleas rosadas por su cuerpo.

Los árboles repiten siete veces
la música del viento en las colinas,
y el húmedo llamado de las fuentes
guía mis pasos.

Más bella que en el aire
una rota columna hallé en el césped,
caída en el abrazo de una rosa.

Cuando fluye la luz,
cuando se para
el tiempo,
asomada a los puentes Roma busca
su imagen sobre el Tevere,
y en vez del nombre suyo ve que tiembla
tu nombre, amor, en el rodante espejo.
---
49
Allá

Si acaso al otro lado de la vida
otra vez, por azar, nos encontramos,
¿se reconocerán nuestras miradas
o seremos tan sólo un par de extraños?

De todos modos te amaré lo mismo.
Juntos. O separados.
---
50
Muerte del olvido

Se me murió el olvido
de repente.

Inesperada-
mente,
se le borraron las palabras
y fue desvaneciéndose
en el viento.

En busca suya el corazón tocaba
todas las puertas.
Nadie. Nada.

Y allí donde estuviera se instaló
de nuevo,
el doloroso amor,
el implacable,
interminable-
mente.
----
51
El regreso

Cada día que pasa,
cada día,
es más corto el camino
de regreso.

De repente la nave
romperá el horizonte
y la veré avanzar hacia la orilla
flamante de banderas.

Y en un instante el sol
habrá borrado
todos los años
que viví en la sombra.
---
52
Breve encuentro

No sé nada de ti. De mí
no sabes nada.
Sólo que
al encontrarse nuestros ojos
un día,
tuvimos la certeza
de haber hallado al fin
lo que por tantos
años la vida, esta
vida y aun otra anterior perseguimos
en vano.

Y fue como un relámpago
en medio de la sombra
----
53
Preludio

Ha cesado la lluvia. Se va perdiendo ahora
con sus pasos mojados por el abra del monte,
y recobra el silencio sus dominios.

De pronto reaparece el son del agua.

Una
gota resbala, cae, de las antiguas tejas
y rememora un tiempo de clepsidra.
El eco cristalino va invadiendo
la estancia,
y halla al fin duplicada su insistencia
en el frágil espejo de la música.
---
54
Cervatillo

En la mitad del bosque el agua inmóvil
abre su clara vocación de espejo,
y escucha en torno a su frescura saltos
de remos presurosos, quebradizos
ruidos de ramas secas.

La armoniosa, selvática creatura,
acude a la ribera.

Caído en la tranquila superficie
ve del verano el cielo con las nubes
caminantes,
y sigue sorprendido el móvil blanco
del reflejo.

Por fin la sed le acosa y la premura
de sus belfos ansiosos interrumpe
la quietud cristalina.

El estático tiempo de la linfa
se torna un juego sin final de anillos.
----
56
El milagro

Pienso en ti.

La tarde
no es una tarde más;
es el recuerdo
de aquella otra, azul,
en que se hizo
el amor en nosotros
como un día
la luz en las tinieblas.

Y fue entonces más clara
la estrella, el perfume
del jazmín más cercano,
menos
punzantes las espinas.

Ahora,
al evocarla creo
haber sido testigo
de un milagro.
---
58
Perfume

Vuelvo a tenerte, amor,
como si nunca
te me hubieras ido.

Tus manos me recorren
el rostro suavemente,
y te oigo la voz en un
susurro
que me roza el oído.

Vuelvo a tenerte
y pienso en el perfume
que de nuevo me hiere
aunque el jazmín no exista.
---
59
Alguien pasa *

Alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.

Y yo guardo silencio.

Las palabras no acuden
en mi ayuda, se esconden
en el fondo del pecho,
por no subir vestidas
de luto hasta mi boca,
y derramarse luego
en un río de lágrimas.

No sé si tú recuerdas
los días aún tempranos
en que ibas como un ángel
por el jardín, y dabas
a los lirios y rosas
su regalo de agua,
y las hojas marchitas
recogías con esa
tu manera tan suave
de tratar a las plantas
y a los que se acercaban
a tu amistad perfecta.

Yo sí recuerdo, madre,
tu oficio de ser tierna
y fina como el aire.

Una tarde un poeta
recibió de tus manos
un jazmín que cortaste
para él. Con asombro
te miró largamente
y se llevó a los labios,
reverente, la flor.
Se me quedó en la frente
aquel momento, digo
la frente cuando debo
decir el corazón.
Y se me va llenando
de nostalgia la vida,
como un vaso colmado
de un lento vino pálido,
si alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
....
* Más adelante traducción de este poema al inglés por Anabel Torres.
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62
Duda

“Nada es para siempre”.

Decían.

Y yo quise creerlo.

Un día
–pensé entonces–
se borrará aquel nombre
de mi frente,
como si hubiera sido escrito
sobre la piel del agua.

Y comenzó a pasar el tiempo.

Se llevaba la vida,
los ecos de la fiesta,
las hojas del otoño,
en el pausado oleaje
de los años.

“Nada es para siempre”,
digo todavía.

Mas ahora
–sé muy bien por qué–
ya no lo creo.
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64
Sol y sombra

Digo que fuiste
para mi vida
como este sol que ahora
resplandece
tras la lluvia,
y ha de apagarse luego
en el ocaso.

Un instante de luz
entre dos sombras
–antes y después–
tan refulgente,
que aún perdura
en el tiempo.
Tal el brillo
del relámpago aquel
que sigues viendo
aunque cierres los ojos.
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66
El llamado

Oí dos veces mi nombre
como si me llamaran
desde lejos.

Abrí la puerta.
Nadie
me esperaba.
¿De quién sería entonces
esa voz sin presencia,
sin arraigo tangible,
de qué extraña
región detrás del tiempo
a mí llegaba,
buscándome,
para perderse luego
en el misterio?

Todavía hoy,
cuando esto escribo,
se me detiene un punto
el corazón.
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* SOMEONE WALKS BY

Someone walks by and asks
After the jasmines, Mother.

And I keep silent.

Words won´t come
To my rescue, they hide
Deep in my chest,
In order not to rise clad in
Mourning to my mouth,
And then spill over
In a sea of tears.

Don´t know if you recall
The early days
In which you used to wander like an angel
Through the garden, giving
The lilies and the roses
Their share of water,


And you gathered dead leaves
Into your hand
With your gentle way
Of treating the plants
And the people approaching
In meticulous friendship.

I do remember, Mother,
Your craft of being tender
And subtle like the air.

One afternoon a poet
Received a jasmine that you cut
For him in his hands. In wonder
He stared long at you
And took the flower
Reverently to his lips.
That moment has stayed in my forehead,
What am I saying, I should say
My heart.


And my life starts to clutter
With nostalgia,
Like a glass overflowing
With slow pale wine,
When someone walks by asking me
After the jasmines, Mother.
...
TRANSLATOR: Anabel Torres ( 1 )
(ABRIDGED VERSION. ALL RIGHTS RESERVED BY THE TRANSLATOR.)
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Agradecemos a la traductora habernos propocionado la traducción y autorizarnos a publicarla. Lo mismo que el siguiente texto suyo sobre Meira Delmar:
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Meira Delmar (Barranquilla 1922) es una voz importante de la poesía colombiana, y una de las pocas voces vivas pertenecientes a la generación de MITO. Nacida de padres libaneses, su nombre es Olga Chams Eljak. Meira Delmar es contemporánea y paisana de Gabriel García Márquez, quien dice en sus memorias: ¨la única mujer que considerábamos como parte del grupo era ella…eran memorables las veladas en su casa…¨ Su poesía tiene influencias de filosofía sufí, los clásicos griegos, la poesía árabe, la Biblia, y de su primer amor: la música. Esta diversidad de origen, pasiones e influjos me llama la atención. El universo de la poeta es íntimo y discreto, pero no se trata de un aislamiento del mundo, o de su poesía frente al mundo. A pesar de haber vivido en Barranquilla, Meira Delmar es aldeana genuina de “la aldea global”. Yo, que salí de Colombia por primera vez a los ocho años, a Nueva York, y por última vez hace 21 años, a Holanda, siento afinidad con su obra. La empatía es fundamental en la traducción literaria. Una traductora de oficio debe poder traducir cualquier tema, experiencia que no me es ajena, pero una traductora literaria traduce lo que le gusta o está perdida.
Durante la última década, la poesía y figura de Meira Delmar han ido siendo rescatadas del baúl, un baúl en el que, por cierto, la autora no se echó a perder ni respiró naftalina. Ella, como los buenos vinos, ha salido ganando. Para sus lectores, el reencuentro nos ha permitido asomarnos a la obra de una escritora lúcida, polifacética, torpemente acusada de ser una "sentimental’. Hoy en día hay muy buena documentación sobre la poeta, entre otras, un tomo de 700 páginas de la Universidad de Norte y la Gobernación del Atlántico, recopilado por tres catedráticas colombianas doctoradas en literatura. Esto no sólo facilita la traducción, sino la preparación de un libro que pueda ser apreciado en el extranjero.
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OTROS POEMAS (algunos ya pueden estar en la antología del libro) :
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Olga Chams Eljach merece el Premio Reina Sofía de España
http://www.arquitrave.com/Ajuste_de_Cuentas/olga_chams.html . Publicado también en:
Por Harold Alvarado Tenorio (Por mail : Fecha: 10 de marzo de 2009, 8:32)
h.alvarado@telmex.net.co , www.haroldalvaradotenorio.com/web

Una foto ha dejado a Olga Chams Eljach de siete años. Tiene una diadema de flores y un inmenso ramo de orquídeas en sus manos. Está sentada en un tapete, con largas medias tobilleras y su rostro no delata, ciertamente, que en su madurez sería ese ser adorable, que todos los que la han conocido, recuerdan en su hermosa y amplia casa del barrio Prado, sentada en una silla de mimbre, meciendo su frágil cuerpo en el cuadrado blanco y negro del piso, mientras desde el fondo tenue de las cortinas emanaba alguna melodía del romanticismo y ella nos mira con sus claros ojos, casi celestes y la miel de sus cabellos parecen ser su tenue y tierna voz que viene de la historia milenaria de los desiertos del mundo, con sus amables costumbres para hacer placida la visita del transeúnte. Todo ello evoca su poesía afligida de amores y mares, casualidades, descuidos, besos, soledades y llanto mudo.

Esa bella niña había nacido en Barranquilla y fue bautizada como Olga Isabel Chams Eljach, hija de una pareja de libaneses, país a donde iría con sus padres cuando tuvo nueve años, cruzando el Atlántico en barco. Cuando cumple quince años, la revista Vanidades, de La Habana, publica sus primeros versos, donde usa un apodo que luego la perseguirá hasta nuestros días. Uno de esos poemas era Vuelo:

Blancas gaviotas, hermanas
gemelas del alma mía;
si tuviere vuestras alas
bien lejos que volaría.

Con qué nostalgia infinita
os miro cruzar los cielos
y perderos sobre el mar…
igual que locos anhelos.

El alma tengo colmada
de sueños de lejanías.
Blancas gaviotas hermanas,
yo con vosotras me iría.

Si mi alma no fuese alma…
una gaviota sería…

donde ya aparecen varios de los rasgos que distinguirán su poesía y que le harán una excepción entre la legión de mujeres poetas que surgieron en América durante los años de la posguerra: imágenes de extremada sutileza, un alma que sueña con mundos lejanos y que quiere ser gaviota, o un viento que es un río de jazmines, o una mariposa que es la misma danza de los colores del verano.
Aún cuando haya vivido la mayor parte de su vida en Barranquilla y en su casa se reunieran a menudo los miembros de esa invención llamada Grupo de la Cueva (“La única mujer que considerábamos como parte del grupo era ella… Eran memorables las veladas en su casa con los escritores y artistas famosos que pasaban por la ciudad”, ha escrito García Márquez en sus memorias), por la frescura que trajo su obra en una hora cuando el piedracielismo hizo todos los estragos posibles e influyó de manera contradictoria tanto en los poetas como y mucho más en los narradores, Olga Chams Eljach debe ser considerada parte de la generación de Mito. Charry Lara y Chams Eljach son dos de las variantes del grupo que más prolongan las tradiciones hispanas de la poesía de ese tiempo: lejanía de la experimentación e iconoclasia de los vanguardismos, matización de las tradiciones clásicas desde hondas miradas a la intimidad, nova et vetera. Así parece haberlo intuido Gabriel García Márquez en 1951 cuando escribió que en la poesía de Chams Eljach “el dominio del instrumento se ha purificado progresiva y sistemáticamente a través de sus libros dando a (ella) una posesión de su claro universo interior y le ha permitido rescatar, de su estado de alma, la correspondencia intima del mar exterior que ella tanto ama, de las golondrinas que tanto persigue, del amor que tanto la alegra y le duele en una dimensión diferente de las conocidas, y sólo de ella”. Y precisamente y por igual sus libros han recibido los encarecimientos entusiastas de escritores como Ramón Vinyes, Eduardo Zalamea Borda, Helcías Martán Góngora, Javier Arango Ferrer, Andrés Holguín, Fernando Charry Lara, Cobo Borda, Helena Araújo, o Nayla Chehade, quien ha dicho de la obra de la poeta de Barranquilla:

“Voz de aliento inquebrantable, siempre fiel a si misma, Olga Chams Eljach a través de su poesía tiene la virtud de producir ese estado poético que según Valery hace del lector un inspirado que busca y encuentra en la poesía la causa maravillosa de su maravilla”.

Olga Chams Eljach cuidó por más de treinta años los libros de la biblioteca que hoy lleva su nombre. Y ha recibido numerosos reconocimientos por su obra, entre ellos la medalla Simón Bolívar del Gobierno de Colombia, el Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia y la Orden de la Democracia del Congreso. Ahora es candidata a Reina Sofía de la Corona Española. Sin duda alguna lo merece. Felicitaciones Olga, reina del Líbano, princesa de Barranquilla, niña de Colombia.

Véase Poesía y prosa de Meira del Mar, Barranquilla, 2003, editada por Ariel Castillo, Betty Osorio y María Mercedes Jaramillo.

Revista de Poesía Arquitravehttp://www.arquitrave.com/Kra 13 # 27-98, Torre B/15041/ 812 82 14--320 306 64 54Bogotá DC
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COLECCIÓN UN LIBRO POR CENTAVOS (Los publicados hasta el No. 30, Agosto, 2007)
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1. Postal de viaje, Luz Mary Giraldo
2. Puerto calcinado, Andrea Cote
3. Antología personal, Fernando Charry Lara
4. Amantes y Si mañana despierto, Jorge Gaitán Durán
5. Los poemas de la ofensa, Jaime Jaramillo Escobar
6. Antología, María Mercedes Carranza
7. Morada al sur, Aurelio Arturo
8. Ciudadano de la noche, Juan Manuel Roca
9. Antología, Eduardo Cote Lamus
10. Orillas como mares, Martha L. Canfield
11. Antología poética, José Asunción Silva
12. El presente recordado, Álvaro Rodríguez Torres
13. Antología, León de Greiff
14. Baladas - Pequeña Antología, Mario Rivero
15. Antología, Jorge Isaacs
16. Antología, Héctor Rojas Herazo
17. Palabras escuchadas en un café de barrio, Rafael del Castillo
18. Las cenizas del día, David Bonells Rovira
19. Botella papel, Ramón Cote Baraibar
20. Nadie en casa, Piedad Bonnett
21. Álbum de los adioses, Federico Díaz-Granados
22. Antología poética, Luis Vidales
23. Luz en lo alto, Juan Felipe Robledo
24. El ojo de Circe. Poemas escogidos 1995-2005, Lucía Estrada
25. Libreta de apuntes, Gustavo Adolfo Garcés
26. Santa Librada College and other poems, Jotamario Arbeláez
27. País intimo. Selección, Hernán Vargascarreño
28. Una sonrisa en la oscuridad, William Ospina
29. Poesía en sí misma, Lauren Mendinueta
30. Alguien pasa. Antología, Meira Delmar
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Para detalles de la continuidad de la colección ver:
http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2008/08/un-libro-por-centavos-coleccin-de-poesa.html (Allí está el No. 30)
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 18, 2009, 11:54 PM (Hora de Colombia)



















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