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VIENE y COMPLEMENTO DE
NTC … 29 de marzo de 2014
Rogelio Echavarría
en sus 90 años
‘Transeúnte a los olvidos’
‘Transeúnte a los olvidos’
"Fondos Abiertos de Autores Colombianos"
de las
Biblioteca Virtual del Banco de la República
y
Biblioteca Luis Ángel Arango
de las
Biblioteca Virtual del Banco de la República
y
Biblioteca Luis Ángel Arango
Digitalización de sus mejores libros e inolvidables imágenes
-
ACCEDER y NAVEGAR
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/fondos-abiertos/autores/rogelio-echavarria
VIDEO 2015
https://youtu.be/PDbBNVKc6cc
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"Fondos Abiertos de Autores Colombianos"
MATRIZ
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/fondos-abiertos
Están allí las obras del historiador Marco Palacios y las del poeta León De Greiff.
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Recordando a 'El Transeúnte' de la poesía y la vida
ACCEDER y NAVEGAR
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Allí
acceso a:
Cronología,
Bibliografía, Obras (digitales-virtuales)
y Galería de imágenes
* Entre ellas:
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El
transeúnte : 1947-1993.
Editorial
Universidad de Antioquia, Bogotá - 1994
Consulte este libro » |
VIDEO 2015
https://youtu.be/PDbBNVKc6cc
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"Fondos Abiertos de Autores Colombianos"
MATRIZ
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/fondos-abiertos
Están allí las obras del historiador Marco Palacios y las del poeta León De Greiff.
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Recordando a 'El Transeúnte' de la poesía y la vida
Digitalizan los mejores libros
de Rogelio Echavarría por sus 90 años
El proyecto Fondos Abiertos de
Autores Colombianos conmemoró el cumpleaños del poeta antioqueño.
Por: DIANA PAOLA
AVENDAÑO
EL TIEMPO, 1 de junio de 2016
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Por su carácter, poco le afectó
a Rogelio Echavarría que los
ejemplares de su primer libro, ‘Edad sin tiempo’, ardieran en las llamas de ‘El
Bogotazo’ ─esa obra ocupó pocos días las librerías de la capital─; tras el asesinato
de Jorge Eliécer Gaitán, Bogotá se tiñó de sangre y las turbas enardecidas
quemaron la ciudad y con ella se fue la creación literaria de Rogelio, quien
años más tarde se hizo famoso por su obra ‘El Transeúnte’.
En cada uno de sus versos,
Echavarría se convirtió en el personaje de su libro. Alonso Aristizábal, uno de
sus grandes amigos, le dijo a EL TIEMPO que Rogelio solía decir que los
verdaderos poetas no escriben libros, sino versos; y es que en sus poemas se ve
reflejada una de sus grandes virtudes: escribir sobre la cotidianidad y de ella
hacer memorables textos.
El
pasado mes de marzo, Echavarría llegó a sus 90 años, que
no pasaron desapercibidos: el proyecto Fondos Abiertos de Autores Colombianos
conmemoró su vida y su obra con la digitalización de sus mejores libros e
inolvidables imágenes.
Así, luego de un trabajo
respaldado por la Biblioteca Virtual del Banco de la República y la Biblioteca
Luis Ángel Arango, los amantes de la historia y la poesía podrán descargar ‘El
Transeúnte’, un texto escrito por más de 10 años en una especie de ´trabajo en
progreso´, que le permitió ser la figura de su propio libro.
Junto
a esos textos, escritos en una tradicional máquina y cuyas imágenes están en
color sepia, están las obras del historiador Marco Palacios y las del poeta
León De Greiff. Y como lo mencionó Darío Jaramillo a este
diario, no es una casualidad que sus obras coincidan. Rogelio, oriundo de Santa
Rosa de Osos (Antioquia) ─cuna de grandes escritores─ compartió y se codeó con
literatos como el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis
─premio Cervantes en el 2001─, y artistas como Fernando Botero y Alejandro
Obregón.
Los
´omasexuales’
A Rogelio Echavarría ─quien hoy
enfrenta el Alzhéimer─, sus amigos, como Jaramillo, lo recuerdan como un hombre
de muchos compañeros. Su sencillez, buen humor e inteligencia permitieron que
siempre estuviera rodeado de grandes literatos y artistas. Participaba en
largas jornadas de tertulia en uno de los cafés más antiguos de la capital, el
Oma de la calle 82 con carrera 15. En ese lugar se sentaban a discutir sobre
los últimos libros, las nuevas revelaciones (de qué) y lo mejor de las culturas
en el país y el mundo. Gracias a esas extensas tertulias empezaron a ser
llamados los ´omasexuales´.
Pero esas tardes bohémicas
también reunieron a Jaime Jaramillo, Rogelio y León De Greiff en otro
emblemático café: El Automático; aunque físicamente ya no existe, sí permanece
en los recuerdos de Rogelio como el lugar que convocó a intelectuales, músicos
y políticos.
La máquina de escribir con la
que escribió sus poemas y artículos. ---> A la derecha
|
Dicen que de este lugar
salieron títulos de libros, versos que hacen parte de la literatura colombiana
y hasta revolucionarias caricaturas que marcaron la agenda del país. Por
ejemplo, Alonso cuenta que se rumoraba que el título de la obra ´El náufrago´
fue una idea del maestro Rogelio.
‘El
Transeúnte’
“Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío llenas de gentes como árboles batidos por oscura
batahola”, se lee en un aparte de 'El Transeúnte'.
Esta obra fue escrita ente 1945
y 1952, y publicada por primera vez en 1964. El ejemplar tuvo más de siete
ediciones; sin embargo, pese a los cambios, mantuvo una línea que mostró la
transformación del escritor.
En la primera parte se ve
reflejado su mayor valor: la cotidianidad; en la segunda fase se habla sobre la
muerte ─la ausencia de su mamá fue una fuente de inspiración importante─; en la
tercera se habla del terrorismo, un concepto que ha marcado la historia de
Colombia; y en el último periodo sus versos apelan a la madurez, las
transformaciones y las decisiones que marcaron su vida.
En su carrera logró el
equilibrio de la poesía y la literatura en el periodismo, otra de sus grandes
pasiones. Trabajó primero en ‘El Espectador’, donde estuvo diez años; luego en
‘EL TIEMPO’, al que llamó su segundo hogar. A este medio ingresó en 1962 y aquí
permaneció por más de 30 años. Su último cargo fue subeditor de la sección de
Cultura.
Su amor y su dedicación al
periodismo le trajeron grandes problemas con su otro gran amor, la mujer de su
vida: Beatriz Rojas.
“Mi abuela recuerda a mi abuelo
con mucho amor, pero también con mucha ausencia. Él trabajaba demasiado, hasta
altas horas de la noche. Siempre tenía que quedarse en EL TIEMPO hasta que
imprimieran la primera página, cuando revisaba que el color y la diagramación
estuvieran bien, entonces se podía ir, antes no, y eso ocurría a altas horas de
la madrugada. Por cosas como esas estuvo muy ausente de su familia”, recuerda
su nieta Silvia Echavarría.
‘Caminando al olvido’
Rogelio leía unos poemas de su
autoría en el auditorio de la Biblioteca Nacional, en el 2006, cuando, de
repente, hizo una pausa y se quedó mirando al público con total perplejidad: se
le escaparon los recuerdos y padecía un vacío que no lograba explicar. Al
llegar a la clínica y tras varios estudios, los médicos le dijeron que ese
momento había sido su primer episodio de ausencia y que padecía Alzhéimer.
Sin embargo, su nieta Silvia,
la promotora de un sentido homenaje a la trayectoria literaria de su abuelo,
asegura que esta enfermedad es producto de un hecho que marcó la vida del
escritor.
“Realmente, a él le da esta
enfermedad tras la muerte de su primer hijo: mi papá, Juan Fernando Echavarría
─hace unos diez años─. No existen hijos favoritos, pero mi abuelo quería mucho
a mi papá y su muerte lo afectó a él y a mi abuela de manera drástica. Recuerdo
que toda la familia estaba fuera del país y yo estaba sola cuando recibí una
llamada y me dijeron que mi abuelo se sentía extraño, que no se entendía ni se
encontraba, nada le dolía, pero no era él”, relata.
Hoy Rogelio no es consciente de
su condición; pero cuando lo era, no la veía como un gran problema, pues la
asumía con el buen humor que lo caracterizaba. Hasta bromeaba diciendo que no
había olvidado tomar las pastillas para la memoria.
“Lo que tú eres no se te
olvida, esa parte de quién es él, eso jamás se le va a olvidar (…) Del abuelito
elegante y periodista hay hermosos recuerdos, pero hoy él es un niño al que le
gusta que le lean y lo consientan”, comenta su nieta.
El poeta que recordaba con
facilidad y que declamaba con fluidez los poemas que inspiraron su obra, hoy
camina hacia el olvido. Un Alzhéimer avanzado ha hecho que olvide su legado;
sin embargo, ese legado para muchos es inmortal.
DIANA PAOLA AVENDAÑO
EL TIEMPO.COM
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