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NTC ... agradece la poeta Ómar Ortiz Forero
por el aporte de la información y
por la autorización para publicarla.
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ANTHOLOGIE
DE POÉSIE COLOMBIENNE XXI SIÈCLE : Edition Bilingüe
Traductores: Libia Acero Borbón, Beatriz Avendaño, Sara Candela, Stéphane Chaumet, Céline Glotz-Terrier, Amalia Leal, Brigitte Le Brun Vanhove, Catherine Marchais, Yves Monino, Benjamín Moure, Paola Vernot y Jean Pierre Lambert.
Éditeur : L'Oreille
du Loup
Date de parution 13/11/2017 . Annoncé
par l'éditeur
Prix de vente au public
(TTC) : 30 €
644
pages ; 20 x 15 cm
ISBN 978-2-917290-50-7
EAN 9782917290507
Résumé :L’anthologie
présente un choix, qui ouvre un éventail de soixante-dix poètes nés entre 1949
et 1990, de la deuxième moitié du XXe siècle et commencement du XXI siècle,
ceux qui représentent les nouvelles voix et les générations de poètes
colombiens qui ont pris le relais du feu de la parole, pour éclairer et
interpréter le monde en lui donnant un sens et un esprit poétique. La sélection
des soixante-dix poètes dans cette anthologie obéit également à cet ordre
inévitable que le temps et l’histoire établissent, dans le but de proposer une
continuité au travail réalisé par Fernando Charry Lara. Comme toute anthologie,
notre choix peut être considéré comme arbitraire et partiel et nous dirons que
cet échantillon n’est qu’une représentation assez restreinte et transversale de
l’ensemble de la grande production poétique actuelle. Une compilation destinée
à montrer sa richesse, sa vigueur, son authenticité ainsi que des tendances,
des textures, des thématiques et d’une façon ponctuelle, dégager en partie
l’état actuel de l’art poétique en Colombie. …En suivant des multiples chemins,
aussi divers la géographie Colombie et ses origines, indiennes, espagnoles et
africaines entremêlées au cours de notre histoire, vous allez trouver dans ces
poèmes des jeux du langage et de l’image, de l’émerveillement, de l’étrangeté,
de l’ironie, de l’érotisme, le labyrinthe de soi et l’étonnement avec lequel
ces poètes donnent leur lecture de l’instant et du monde.
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PRÓLOGO
ANTOLOGÍA DE POESÍA COLOMBIANA
CONTEMPORÁNEA
Introducción
Por Myriam Montoya
En 1990 la casa editorial
Patiño en Suiza publicó una Antología bilingüe de poesía colombiana del siglo
XX, compilada y prologada por Fernando Charry Lara y traducida por
Maryline-Armande Renard.
Desde su aparición han
transcurrido 27 años, después de descubrirla en cada visita que hice a sus
páginas se fue gestando la idea de hacer la recopilación de una antología que
le diera continuidad a este proyecto. Fue la invitación por parte del consejo
editorial de la Revista Poésie/Première, de realizar un dossier sobre la poesía
colombiana para su número 68, la chispa que detona el surgimiento de esta nueva
Antología de poesía colombiana del siglo XXI. El dossier para Poésie/ Première
resultó ser una muestra de 31 poetas en el que se tradujo un poema por poeta
más su reseña bio-bliográfica. Esta experiencia se constituyó igualmente en el
preámbulo de la celebración del 2017, como un año de intercambio cultural y de
cooperación entre Colombia y Francia, y la que diera origen y base a esta
recopilación. La presente antología es una muestra, que abre un abanico de
setenta poetas nacidos entre 1949 y 1990, siendo éstos, en la segunda mitad del
siglo XX y comienzo del XXI, quienes representan las nuevas voces y
generaciones de poetas colombianos que han tomado el relevo del fuego de la
palabra, para interpretar el mundo y darle su sentido y espíritu poético.
La selección de los setenta
poetas en la Antología de Poesía colombiana siglo XXI obedece igualmente a ese
orden inevitable que establecen el Tiempo y la Historia, así que al objetivo de
proponer una continuidad al trabajo realizado por el Maestro Fernando Charry
Lara. Como toda antología, nuestra selección puede ser considerada como
arbitraria y parcial y nosotros diríamos que esta muestra es sólo una representación
bastante restringida y transversal del conjunto de la gran producción poética
actual de este país. Una compilación destinada a mostrar su riqueza, su vigor,
su autenticidad, así que sus tendencias, texturas, temáticas y una manera
puntual, de despejar en parte, el estado actual del arte poético en Colombia.
“Je est un autre je est une
femme”. Nos regocijamos dialogando con el espíritu de Rimbaud, ciento cuarenta
y seis años después de la “Lettre à Paul Demeny”, de ver cumplir con exactitud
en esta antología su oráculo de Joven, de Poeta y de Vidente. …“Elle sera poéte
elle aussi! …La femme trouvera de l’inconnu! Ses mondes d’idées différeront ils
des notres ? -Elle trouvera des choses insondables, repoussantes, délicieuses,
nous les prendrons, nous les comprendrons… ”…“Ella será poeta también! …La
mujer encontrará lo desconocido ! Su mundo de ideas diferirá del nuestro? Ella
encontrará cosas insondables, repulsivas, deliciosas, nosotros las tomaremos,
las comprenderemos… ” Las mujeres colombianas como en todas partes, han tomado
la palabra y escriben y se tutean con el arte eterno, apropiadas del legado de
la Modernidad. Sus poemas, creaciones hechas de palabras, son prueba de una
voluntad y de un deseo ardiente de apoderarse de un lenguaje singular para
expresar su impulso, sus obsesiones, sus premuras. Con una clara determinación
en esta obra al lado de treinta y cinco reconocidos poetas masculinos hemos
hecho una selección de una igual cantidad de poetas mujeres que destacan, en
sus propuestas poéticas.
Recorriendo múltiples caminos,
tan diversos como su geografía y sus orígenes indígenas, españoles y africanos
entremezclados en el curso de nuestra historia, en estos poemas ustedes van a
encontrar el juego con el lenguaje y la
imagen, la admiración, la extrañeza, la ironía, el erotismo, el laberinto del
yo y el asombro con el cual estos poetas ofrecen sus lecturas del instante y
del mundo.
Aunque esta poética se ha
destilado en un contexto histórico interno marcado por la violencia, la
injusticia social, el conflicto político armado, a los cuales se les sumó más
tarde el estigma internacional y la problemática interna del narcotráfico,
nosotros ponemos de relieve la convicción y la voluntad estética de estos
poetas para sublimar todo lenguaje que enuncia en primer grado los aspectos
políticos o patéticos de una realidad desgarradora.
DE LA TRADUCCIÓN COLECTIVA:
La traducción es un puente
obligatorio que toda obra literaria debe transitar para llegar a otras
culturas, a otras lenguas, para trasladarse en la palabra a otros hemisferios y
reconocerse en el otro lingüísticamente diferente. Este cotejo en la alteridad
es al tiempo una confirmación y una metamorfosis de la obra y en el caso que
nos ocupa del poema. El poema que es un todo estructurado emprende la aventura
de esta “transformación” o transmutación que representa una nueva vida, una
nueva posibilidad y presencia.
Desde la problemática planteada
por Umberto Eco en su “Dire presque la même chose/Decir casi la misma cosa”,
nosotros nos lanzamos a este aparente e insalvable vacío existente entre las
lenguas, aferrados al parapente de la literalidad, con la certeza de que la
plasticidadad, el vigor de las palabras y del poema en sí mismo, con sus
abismos oscuros o secretos, con su ritmo y movimiento íntimo, sus aristas de
luz y su esencia terminará reencarnando el misterio y su resolución en su nueva
arquitectura y cuerpo lingüístico.
Damos una especial importancia
al trabajo destacado que ha realizado el equipo de traductores en su coautoría:
Libia Acero Borbón, Beatriz Avendaño, Sara Candela, Stéphane Chaumet, Céline
Glotz-Terrier, Amalia Leal, Brigitte Le Brun Vanhove, Catherine Marchais, Yves
Monino, Benjamín Moure, Paola Vernot y Jean Pierre Lambert. A La lectura
profunda de estos poemas y luego a su traducción a la lengua de Racine et de
Voltaire, queda como memoria en las páginas de este libro.
Inagotable es el oficio de
restitución de las grandes obras de la literatura, del pensamiento y de las
ciencias a través de la traducción, por ese acto casi siempre anónimo de los
traductores que desde los tiempos “memorables” han abierto las fronteras del
espíritu y del mundo, haciendo transitar saberes, experiencias, fantasías,
utopías y creaciones que liberan y humanizan cambiando o enriqueciendo la sensibilidad
y la conciencia de los pueblos. Estos pueblos que a su turno generan a su vez
la representación y la existencia de los múltiples orígenes, lenguas y
devenires. ¿Qué hubiese sido de la humanidad si los traductores no hubiesen
franqueado con su saber las fronteras continentales y del espíritu? Qué visión
tendríamos de nuestra especie si no hubiésemos leído a Homero, a Sófocles, el
pensamiento de Platón y de Aristóteles y de todos los pensadores y poetas de la
antigüedad, sin tener noticias de los viajes de Marco Polo y de todos los
viajeros que nos mostraron los mundos ignotos a través de sus relatos, sin la
poesía de Safo y de Omar Khayâm, de François Villon, William Blake et
Ravindranath Tagore, sin el pensamiento de Lao Tsé, si no hubiésemos leído a Dante,
Shakespeare, Dostoievski,Tolstoi, Mijail Cholojov a Soltyenitzi y más
recientemente a Svetlana Aleixevich, a Robert Louis Stevenson, Melville, Mary
Wollstonecraft, Emily Bronte, o Virginia Woolf, a Balzac, Víctor Hugo, Julio
Verne, Romain Roland, Marcel Proust Céline, a Holderlin, Thomas Mann,
Nietzsche, Karl Marx, a Cervantes, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Gabriel
García Márquez, Steinbeck, Whitman, a todos los Clásicos anónimos de todas las latitudes y culturas? ¿Qué
haríamos sin todas estas lecturas citadas y tantas otras que aún nos quedan por
leer?
Formalmente, en la escritura de
la poesía contemporánea colombiana hay una constante de la utilización del
verso libre, muy depurado y las fronteras de los géneros entre prosa y poesía
experimentan una tendencia a desaparecer. Para introducirlos en la materia
poética de esta antología haré una lectura personal de algunos de los poetas
del decenio de los cincuenta y dejaré al lector el placer de realizar
libremente este cometido con todos los otros poetas y de reaccionar con su
subjetividad y sensibilidad.
Como preludio hemos elegido los
poemas de Samuel Vásquez, 1949, quien es el eslabón para mostrar la transición
hacia esta generación de poetas que además de ser sucesora inmediata y
contemporánea de la efervescencia y del influjo de la revista Mito, de los
Nadaistas y de la llamada “generación sin nombre” han surcado y abordado, sin
excepción, sus obras en una total libertad, influenciados quizá por las
poéticas que circulan en el mundo, pero resueltamente libres de todo manifiesto
y canon preestablecido. La poesía de Samuel Vásquez
revela de inmediato como centro de atención el individuo, el acto creador y una
lucidez sin complacencia. Poemas de una gran precisión y limpidez para mejor
dejar transparentar la ética desprendida de esta poesía, que se bate entre la
nada y la exigencia de una alta existencia. Su palabra afilada corta toda
ambigüedad para que nazcan claridad y sortilegios. El poema comprometido, la
toma de conciencia de la mujer, la reflexión sobre la violencia infligida al
hábitat, la pérdida para siempre de un paisaje a causa de la industria
incontrolada de la construcción en esta tierra, impulsan el canto de Guiomar
Cuesta, pero también una sensualidad fulgurando en los poemas que inauguran
esta generación. Omar Ortíz nos ofrece una poesía llena de imágenes, de
perfumes y de misterios, como provocaciones, como adivinanzas, como una apuesta
que uno está obligado a ganar, una poesía que nos deja siempre sobre el punto
del abrazamiento. Los poemas de Renata Durán se presentan como construcciones
minuciosas que buscan la perfección, cada verso es siempre un peldaño para que
el próximo vaya aún más lejos y más alto hasta despertarnos en el éxtasis, en
la epifanía. A la manera de salmodias de una sacerdotisa, los poemas de Luz
Amparo Osorio nos hacen entrar en conjuraciones sagradas que solo una mujer
puede invocar y develarnos. En la palabra de Fernando Rendón se siente el
impulso y la necesidad de ligar y religar lazos primordiales que los seres
vivos tienen entre ellos, la tierra y el universo que están a punto de
romperse. Como si una lucha de fuerzas y de energías contrarias estuviera
siempre en disputa, son estas energías que hacen de él un poeta en constante
búsqueda. Jorge Eliécer nos muestra su poder de auscultación, de observación de
lo que es fugitivo, escondido o secreto, aquello que sólo un cazador de
imágenes, de estrellas y de bestias puede encontrar mirando a través del
objetivo poético, rondando en la paciencia, conspirando con la imaginación y el
pensamiento. En los poemas de Piedad Bonnet solo una mirada basta para que todo
adquiera solidez, porque es de una mirada aguda que ella muestra y dice las
cosas y los seres, ella sabe mostrar todos los contornos y ribetes, pues sucede
a menudo que la realidad y la evidencia disimulan y camuflan aquello que hace
mal aquello que engendra la dicha. Con una sola mirada esta poeta penetra con
su cogitación poética en todo aquello que escapa por arraigado o invisible. La
poética de Carlos Vásquez nos habla en tanto que extranjero, en tanto que
expedicionario o viajero sorprendido de sus hallazgos tal un aeda asombrado que
ve de un ojo puro y canta una poesía pura que fluye hasta la ebriedad, hasta el
arrobamiento. Eduardo García Aguilar, ese poeta que ha siempre sentido y
presentido el influjo de “Las urbes luminosas”, un viajero en busca de esta
experiencia existencial, aquella de “El arte de estar lejos”, en su poesía, la
vida y el instante vividos en cualquier país, paisaje y continente no son otra
cosa que “el viaje”. Su poesía es casi siempre el pasaje atravesado y él, el
huésped que mora en el poema. Eugenia
Sánchez Nieto, nos hace entrar en el onirismo de sus poemas nocturnos, para que
nosotros seamos con el soplo contenido y el corazón batiente, los testigos de
sus ráfagas de imágenes que se despliegan oscuras como un delirio casi
cinematográfico, donde el poema es a la vez el límite de la tensión y su
tregua. Una poesía jubilatoria es la de León Gil, donde a la ironía y la
irrisión se mezcla la sensibilidad y la sabiduría para darnos una alternativa
de cómo abordar de otra forma la carga dolorosa de la condición humana. Se
encuentra en la poesía terrígena de Rómulo Bustos una profusión de imágenes y
de metáforas donde confluyen erotismo, lúdica y el humor que nos ahorra toda
pesadez liberándonos en el vuelo de la risa.
Dejándolos recorrer las
creaciones poéticas que todas estas generaciones han producido en el curso de
la segunda mitad de siglo XX y del principio del XXI, le deseo una muy buena
lectura.
Myriam Montoya
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POETAS
INCLUIDOS (Tomado de 1 *)
Albeiro Montoya Guiral, Santa
Rosa de Cabal 1986
Alejandra Lerma, Cali 1991
Ana María Bustamante, Medellín
1991
Anna Francisca Rodas Iglesias,
Puerto Mosquito 1968
Andrea Cote, Barrancabermeja
1981
Ángela García, Medellín 1957
Amparo Osorio, Bogotá 1951
Annabell Manjarrés, Santa Marta
1985
Bibiana Bernal, Calarcá 1985
Camilo Restrepo, Medellín 1987
Carolina Bustos, Bogotá 1979
Carlos Andrés Jaramillo,
Medellín 1986
Carlos Castillo, Miraflorez
1966
Carlos Fajardo Fajardo, Cali
1957
Carlos Vásquez, Medellín 1953
Daniel José Acevedo, Medellín
1986
Daniela Prado, Cali 1994
Eduardo García Aguilar,
Manizales 1953
Elvira Alejandra Quintero, Cali
1960
Eugenia Sánchez Nieto, Bogotá
1953
Fadir Delgado, Barranquilla
1980
Fátima Vélez,
Federico Díaz Granados, Bogotá
1974
Felipe López, Manizales 1985
Felipe Garzón, Bello 1963
Fernando Linero, Santa Marta
1957
Francisco Montaña, Bogotá 1967
Fredy Yezzed, Bogotá 1979
Giovanny Gómez, Bogotá 1978
Gonzalo Márquez, Bogotá 1963
Guiomar Cuesta, Medellín 1950
Gustavo Adolfo Garcés, Medellín
1957
Gloria Posada, Medellín 1967
Hanna Escobar, Medellín,
Titiribí 1985
Iván Beltrán Castillo, Bogotá
1963
Jairo Guzmán, Medellín 1963
Jorge Eliécer Ordoñez, Cali 195
Jorge Torres, Chiquinquirá 1956
Julián Malatesta, Cali 1955
León Gil, Venecia 1954
Lucía Estrada, Medellín 1980
Luis Eduardo Rendón Escobar,
Medellín 1972
Luis Eduardo Jaramillo, Bello
1963
Luis Fernando Macías, Medellín
1957
Margarita Losada Vargas, Neiva
1983
María Cecilia Sánchez, Bogotá
1964
María Clemencia Sánchez, Itagüí
1970
Marisol Bohorquez, Santa María
Huila 1982
Mery Yolanda Sánchez, Guamo
Tolima 1956
Myriam Montoya, Bello 1963
Nana Rodríguez, Tunja 1956
Omar Castillo, Medellín 1958
Omar Ortiz, Bogotá 1950
Orietta Lozano, Cali 1956
Pablo Montoya, Barrancabermeja
1963
Piedad Bonnett, Amalfi 1953
Renata Durán, Bogotá 1950
Rómulo Bustos, Santa Catalina
de Alejandría 1954
Ronald Cano, Medellín 1983
Vito Apushana, Kaaraipia Maicao
198
Víctor Raúl Jaramillo, Sonsón
1966
Víctor López Rache, Toca 1958
Tania Ganitsky, Bogotá 1986
Yirama Castaño, El Socorro 1964
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