martes, 29 de diciembre de 2009

Instrucciones para la nostalgia. Miguel Méndez Camacho. Libro Recobrado, 2009. Colección de Poesía, Universidad Nacional de Colombia.

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Instrucciones para la nostalgia
Miguel Méndez Camacho
Primera edición de esta colección: Agosto 2009
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Primera edición del libro (1): Domingo E. Taladriz, impresor. Buenos Aires, 1984
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Carátula . 14.0 x 21.0 x 0.7 cms. 95 páginas.

En esta edición, "el autor ha querido incluir por considerar que pertenecen al tiempo de realización de esta libro, ocho poemas adicionales: La palabra, Noche de viajero, Recuérdame, desnuda , Un ángel por la calle, El amuleto de tu nombre, Confesión, A veces, en las noches, Mi padre y Tristura." (del Prólogo)
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EL POETA Foto tomada de: http://laseleccionesafectivascolombia.blogspot.com/2008/09/miguel-mndez-camacho.html . Dibujo de la solapa del libro.
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SOLAPAS
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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TEXTO EN LA SOLAPA DE LA CARÁTULA
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Miguel Méndez Camacho
Nació en Cúcuta en 1942. Abogado, periodista, profesor universitario, novelista y cronista. Es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Externado de Colombia, y desde 1991 el Decano de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo, Director de la Colección de Poesía “Un libro por centavos” y fundador del Concurso Universitario Nacional de Cuento y Poesía de la mísma universidad. Fundador además de los concursos nacionales Eduardo Cote Lamus de poesía y Jorge Gaitán Durán de cuento, asi como de la Colección Cuadernos de Cultura del Norte de Santander y Clásicos Colombianos de Procultura. Fue el poeta homenajeado del XII Festival Internacional de Poesía de Bogotá en 2004.
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Ha publicado los libros de poesía: Los golpes ciegos, 1968: Poemas de entrecasa, 1972; Instrucciones para la nostalgia (Primera edición. Domingo E. Taladriz, impresor. Buenos Aires), 1984 y Antología en la Colección Viernes de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia, (ed. 42) 2006; los libros de crónicas, reportajes y cuentos: Papeles, 1978; Perfil y Palote, 1984 y Pelé: de la favela a la gloria, 2005: además de la novela Malena , 2003, y las antologías Desencantos y Cantos, 2003; La primera cosecha que dio pájaros del Instituto Caro y Cuervo en 2004 y El tiempo como una canción en la revista Golpe de dados en 2005.
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TEXTO DE LA OTRA SOLAPA: "Otros títulos de la colección", más adelante
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CONTRACARÁTULA. Texto: fragmento del Prólogo escrito por Ramón Cote Baraibar. Más adelante todo el texto. (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Cuando se habla de los poetas de la Generación sin nombre, se suele mencionar de paso, y muy a la ligera, el nombre de Miguel Méndez Camacho, lo que constituye un gran error. Es hora de enmendarlo volviendo a publicar Instrucciones para la nostalgia, editado en Buenos Aires en 1984, es decir, hace 25 años, cuando el autor tenía 42. Si al momento de la aparición circularon más de cincuenta libros por todo el país, sería decir una exageración. Pero nombres como Germán Vargas Cantillo, Darío Jaramillo o Jaime García Maffla, a los que se sumarían después los de X-504 y Juan Manuel Roca, saludaron y señalaron con justicia la belleza e importancia de este título, fundamental en la poesía colombiana. Gracias a esta reedición, una nueva generación de lectores tendrá ahora la oportunidad de leer estos veintisiete poemas que llegan al siglo XXI tan frescos, tan vibrantes, con la decisión de un poeta que quiere quedarse más de cien años, como mínimo, entre nosotros.

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PROLOGO (Págs. 9 a 14 del libro)
ESTA MENTIRA QUE NOS UNE
Por: Ramón Cote Baraibar
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Cuando se habla de los poetas de la Generación sin nombre, se suele mencionar de paso, y muy a la ligera, el nombre de Miguel Méndez Camacho (Cúcuta, 1942), lo que constituye un gran error. Es hora de enmendarlo volviendo a publicar Instrucciones para la nostalgia (1), editado en Buenos Aires en 1984, es decir, hace 25 años, cuando el autor tenía 42 años y hasta la fecha había publicado Los golpes ciegos (1968) y Poemas de entrecasa (1971).

Supo Méndez Camacho muy pronto que lo suyo era lo urbano, cantar la exaltación del momento, volver lo efímero perdurable. Si Rogelio Echavarría con El transeúnte y los Nadaístas ya habían abierto una nueva puerta de la poesía colombiana hacia una región desconocida para ella, lo coloquial, atreverse a cantar a una ciudad sin maquillajes, inventar una poética de lo sórdido y del milagro, fue con Mario Rivero quien con Poemas Urbanos le dio carta de ciudadanía a este nuevo registro, aspecto que sería de gran utilidad para el joven Méndez Camacho quien a su vez consideró que cualquier asunto, incluso el más amargo y cruel, por antipoético que sea, puede alcanzar la estatura de la alta poesía. Por otra parte, y paralelamente a lo realizado por David Bonells, Darío Jaramillo Agudelo y María Mercedes Carranza, Méndez Camacho desde ese nuevo andamiaje logró hacer hablar también a su intimidad, indicando a su modo ese nuevo lenguaje tan elocuente en lo exterior como contundente y eficaz para nombrar los asuntos de su propia vida.

En el autor que nos ocupa, un control, una especial lucha contra la vociferación, hizo que su palabra se contuviera, fuera más breve, concisa y certera, ahondando en un territorio que poco a poco fue conquistando para la poesía colombiana: las citas furtivas en los hoteles de paso, las películas, los bares, los aeropuertos, los viajes urbanos, dejando poemas que van más allá de instantáneas fotográficas, para ser iguales a la hondura de lo vivido.

Esa es una de las razones por las cuales su poesía ha sabido mantenerse fresca, con su espontánea aparición, intacta, como si estos poemas hubieran sido escritos ayer mismo, y los cuales ya han pasado la prueba definitiva del paso de los años. Nada de descripciones adicionales, nada de ambiciones trascendentalistas, nada de versos resonantes pero inocuos, nada que no fuera sino tocar esa médula del instante, nada sino hacer y revivir el deseo, nada sino celebrar el cuerpo y cantar sus consecuencias.

Uno de sus manifiestos admirados, Jorge Gaitán Durán, se refería a la palabra como una "luna inútil", quizás queriendo expresar con esto que su belleza pertenecía exclusivamente a una órbita exterior, al cual le resultaba imposible reflejarse plenamente en el poema o, en otras palabras, que el lenguaje fracasaba al intentar encontrar una equivalencia entre la experiencia vital y la escritura. Miguel, por su parte, ha ido por otro camino: la ha hecho renacer escueta sin resultar desabrida, depurada de toda retórica, como si la hubiera puesto en cuarentena, para que dijera exactamente lo que quería decir y no otra cosa. Es que Méndez Camacho escribe cada uno de sus poemas como si estuviera levantando un acta judicial, siendo tan sinceros y necesarios tal como pide Neruda en su famosa Oda a Federico García Lorca:

Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua.


El autor sabe que la nostalgia es de por sí un tema peligro­samente "poético", cantado por los peores y mejores poetas, que se presta para la exageración, la efusión lírica, el lamento dolido o el sentimentalismo. Pero también sabe de la "perversa lucidez de la nostalgia", como dijera García Márquez y de la advertencia de Juan Gabriel Vásquez: "la nostalgia, una de las emociones más peligrosas de la literatura". De allí que en sus manos este asunto tan manoseado, perdonen la expresión, tan inasible, sea tratado como un asunto al que hay que dominar, darle "instrucciones", como si la lógica de esa orden pudiera contrarrestar la ciega efusividad del segundo, como si la razón pudiera controlar el corazón, o al menos procurar establecer una firme alianza. Esa borrosa llave que le permite entrar de nuevo al pasado, -la nostalgia- es definida por el poeta mediante calificativos como la infiel, la indulgente, la piadosa, o diciendo de ella que es "tan mentirosa como la memoria", para extraer de ahí su verdad más profunda, el detalle que sea capaz de alumbrar en la soledad de la página la experiencia vivida, para convertir el oficio de la escritura en esa "fervorosa ceremonia", como afirma en su poema Villa cariño.

Bajo esa luz parecen ser escritos, entonces, sus contados, pero célebres, poemas. Y tan contenidos son ellos como el número de libros que ha publicado hasta el momento, ya que, si sumamos a los ya mencionados Desencantos y cantos, aparecido en 2003, Miguel Méndez Camacho ha dado a la imprenta cuatro libros de poemas hasta la fecha. Y cuatro libros de poesía en treinta años de trabajo es algo que hay que saber valorar, como también su labor como prosista, donde ha alcanzado verdaderas piezas literarias en un género tan difícil y escurridizo como la crónica. Menciono aquí a propósito esa otra faceta, ya que en ellas aparecen retratadas nuevamente sus pasiones, como son las mujeres, los sucesos cotidianos y el cine, no sé si en ese orden, como también los retratos de sus amigos y admirados. Hijo de su generación, el séptimo arte ha dejado una profunda huella en su manera de ver al mundo, de saborearlo, como se advierte en el poema en prosa Para Natalie Wood, incluido en este libro:

Nunca supiste que tuvimos amores hacia finales
del cincuenta y siete.
Eras entonces una actriz de reparto y yo simplemente un extra, en el rodaje de mi rumboso sexto de bachillerato.
Por eso tu recuerdo, en la falsa neblina de los fumadores aprendices, era tan pegajoso como los chiclets Adam's, tan enervante como el coctel de ron con coca cola y más contagioso que los boleros de los Panchos
[…]
Ahora, un poco más antiguo pero igual de despistado, me entero de tu muerte, ahogada en un lago de uisqui y el colegial que ocultan mis solapas me ordena enlutecido que te escriba esta carta.

Gerardo Diego, uno' de los poetas más opacados o quizás menos leídos de la Generación del 27, decía que lo que más valoraba en cualquier tipo de obra era "la desnudez y la plenitud de la intención poética" más que "el valor literario y la maestría retórica". Justas palabras para aplicar a la dedicación consumada y consumida de Méndez Camacho, para quien la "desnudez" y la "plenitud" han sido dos de sus caballos de batalla más reconocibles de un trabajo que ha venido realizando sin apenas vacilaciones estilísticas y sí con una total convicción pagana.

Quienes se detengan por primera vez en su poesía tendrán el inmenso placer de descubrir unos poemas realmente inolvidables, aspecto que, no está mal recordar, es algo a lo que debe aspirar todo buen libro de poemas: Kampeones, Escrito en la espalda de un árbol, La otra, Para Natalie Wood, Para asumir la soledad, Don Pablo, Corozopando, La formal y El tiempo como una canción - el cual tiene un final suicida:

Era que bastaba una caricia
para que el tiempo ya no fuera
esta mentira que nos vive.


Los hoteles - qué inexpugnable fortaleza/ de cielos al­quilados-, como ya se ha mencionado, los amores fugaces y fugitivos, la revisión temporal de esos instantes, su insobornable y reiterada celebración de la amistad, cierta melancólica y reflexiva mirada, siempre severa y lúcida, sobre los hechos ya pasados lo emparentan por momentos con Jaime Gil de Biedma, quien hizo suyo un mundo limitado y lo supo ampliar a una categoría universal en poemas fundamentales para nuestra lengua como el célebre Pandémica y Celeste. Dice de él Aurelio Asiain, que la obra del español es "la de un espectador comprometido que ha elegido un paisaje y un punto de vista desde el cual establecer una relación con él para ordenarlo". (1996, Caracteres de imprenta, Ediciones El Equilibrista, México, p. 53). Y es precisamente esa manera de ver el mundo, de ordenarlo y rehacerlo, de darle instrucciones, para después recolectarlo, es también parte del oficio que ha venido haciendo Miguel Méndez Camacho, verse revelado en lo escrito, convirtiendo como una consecuencia final su testimonio personal en una experiencia colectiva, donde también nos reconocemos.

Si en el momento de la aparición de Instrucciones para la nostalgia circularon más de cincuenta libros por todo el país, sería decir una exageración. Pero nombres como Germán Vargas Cantillo, Darío Jaramillo o Jaime García Maffla, a los que se sumarían después los de X-504 y Juan Manuel Roca, saludaron y señalaron con justicia la belleza e importancia de este título, fundamental en la poesía colombiana. Gracias a esta reedición hecha en la Colección de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia, una nueva generación de lectores tendrá ahora la oportunidad de leer estos veintisiete poemas que llegan al siglo XXI tan frescos, tan vibrantes, con la decisión de un poeta que quiere quedarse más de cien años, como mínimo, entre nosotros.
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(1) El autor ha querido incluir por considerar que pertenecen al tiempo de realización de este libro, ocho poemas adicionales: La palabra, Noche de viajero, Recuérdame, desnuda, El amuleto de tu voz, Con­fesión, A veces, en la noche, Mi padre y Tristura.

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CONTENIDO
http://www.lalibreriadelau.com/catalog/product_toc.php/products_id/24958

Prólogo
Esta mentira que nos vive
Ramón Cote Baraibar

I
Los amantes
Para asumir la soledad
Letanía
Viajera
La formal
La otra
La palabra
Noche de viajero


II
La soledad (texto más adelante)
El tiempo como una canción
Villa cariño
Los ausentes
El mundo es verde y sin embargo no hay ninguna esperanza
Postal número tres
Escrito en la espalda de un árbol (texto más adelante)
Ceremonia para la oscuridad
Historia
Esa niña
Para alcanzar el paraíso
Canto I
Para leer en voz baja
Para dos solitarios habitantes

III
A veces potro, a veces amazona
La indulgente, la piadosa nostalgia
La celestina
Diurno número uno
Preguntas
Visto de cerca
Para Natalie Wood

IV
Corozopando
Miguel
Lucrecia
Ernesto
Eduardo
Elegía en rojo y gris
Elegía en azul
Don Pablo (texto más adelante)
Kampeones
Un aroma de almendro en las almohadas

V
Recuérdame, desnuda
Un ángel por la calle
El amuleto de tu nombre
Confesión
A veces, en las noches
Mi padre
Tristura

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POEMAS:

Don Pablo

Señor, doctor, don, excelentísimo
Máster, míster, monsieur, su señoría,
Don Neftalí, don Pablo, don Neruda.

Conste que no me burlo,
es el respeto disfrazado de risa
pero no lo soporto,
no le permito tamaña humillación
tan grave ofensa
como escribirle un verso a la cebolla
y hacerlo bien.

Yo en cambio soy tan torpe
en el oficio
que no puedo hilvanar
más de tres versos
para decirle a la mujer que amo
esas cosas hermosas
que usted malgasta
en congrios, alcachofas, perros muertos,
insectos y cebollas.

Maldito usted, don Pablo
que utiliza palabras
y las deja inservibles.

..

Escrito en la espalda de un árbol

No recuerdo si el árbol daba frutos
o sombra,
sólo sé que dio pájaros.

Que era el centro del patio
y de la infancia.

Que en la madera fácil
tallé tu nombre encima
de un corazón flechado.

Y no recuerdo más:
tanto subió tu nombre con el árbol
que pudiste escaparte
en la primera cosecha que dio pájaros.

LA SOLEDAD

Si miramos el rostro de la amada
y cerramos los ojos
para palparlo luego en la memoria
el fantasma del miedo nos traiciona.
Por eso los amantes
no se dan nunca nada el uno
al otro
y las manos que recorren los cuerpos
no persiguen la piel
sino el olvido de la futura soledad.
Y las caricias se prodigan
no a los cuerpos
sino al vacío de la ausencia
al temor de quedar sin compañía.

OTROS POEMAS, en:

*** “Para asumir la soledad”. Antología de Miguel Méndez Camacho.
EXILIO. Revista de Poesía. No. 19 Abril, 2009. Año 15. Bogotá. Santa Marta.
Director Hernán Vargascarreño , http://laseleccionesafectivascolombia.blogspot.com/2008/09/hernn-vargascarreo.html ). 40 páginas. 15.5 x 22.5 cms. Antología realizada por el Director.
Edición virtual NTC … de la revista completa:
Exilio. Revista de Poesia. No. 19. Abril 2009 . http://www.scribd.com/doc/17691622/Exilio-Revista-de-Poesia-No-19-Abril-2009

*** Las elecciones afectivas, Colombia http://laseleccionesafectivascolombia.blogspot.com/2008/09/miguel-mndez-camacho.htm

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ENLACES SOBRE EL AUTOR:

* http://laseleccionesafectivascolombia.blogspot.com/2008/09/miguel-mndez-camacho.html

* Y si el amor ya no acompaña, ¿a dónde ir?. Antología poética. De la Colección (Nov. 2008)http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2008/10/y-si-el-amor-ya-no-acompaa-dnde-ir.html

* Un libro por centavos. U. Externado. En EL TIEMPO , http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2008/12/blog-post.html

* La colección "Un libro por Centavos", enlaces a los libros completos en version digital (54 hasta Enero 2010 ) : 1 , 2 , 3 , 4 , 5 y 6 : Conozca los títulos de la colección aquí , http://portal.uexternado.edu.co/irj/portal/anonymous?guest_user=deccult&NavigationTarget=navurl://d95772461798d87183669b8b73d66645

http://picasaweb.google.com/ntcgra/UnLibroPorCentavosColeccionDePoesiaUniversidadExternado#

http://picasaweb.google.com/ntcgra/UnLibroPorCentavosColeccionDePoesiaUniversidadExternado#5400831538435312818

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LIBRO RECOBRADO. COLECCIÓN DE POESÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Portal

http://www.divulgacion.unal.edu.co/libro_recobrado.html
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Colección de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia
"Obra reunida", "Libro recobrado" y "Libro inédito"
Portal
http://www.divulgacion.unal.edu.co/coleccion_poesia.html
.
La Colección de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia es un proyecto editorial que pretende rescatar y promover la obra de destacados autores colombianos, entre los estudiantes y otros públicos que generalmente no tienen acceso a ella. Son veintiséis libros a la fecha en tres líneas editoriales: "Obra reunida", para autores vivos con una obra consolidada; "Libro recobrado", para libros fundamentales de reconocidos poetas que no se encuentran con facilidad en nuestro medio y merecen ser reeditados; y "Libro inédito", para autores que aportan a la poesía colombiana de nuestro tiempo. Así, la Colección de Poesía de la Universidad Nacional de Colombia contribuye en la construcción de la primera biblioteca de la poesía colombiana. (Ver enseguida todos los títulos publicados en la colección, incluyendo los del 2009)

TEXTO DE SOLAPA DE LA CONTRACARÁTULA.

"Otros títulos de la colección" (incluímos los tres publicados en Agosto 2009, uno de ellos el de Miguel Méndez Camacho)
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Obra reunida . http://www.divulgacion.unal.edu.co/obra_reunida.html
Oración del impuro, Rómulo Bustos Aguirre .
Seis libros y uno menos, Álvaro Rodríguez Torres .
De una a otra montaña, Horacio Benavides

Este realmente no es el momento , Nicolás Suescún, 2009
http://www.lalibreriadelau.com/catalog/product_info.php/manufacturers_id/17/products_id/31766
-

Libro recobrado . http://www.divulgacion.unal.edu.co/libro_recobrado.html

Suenan timbres, Luis Vidales .
Los sueños, Eduardo Cote Lamus
Estuario, Carlos Obregón .
Agresión de las formas contra el ángel, Héctor Rojas Herazo .
Sol negro, Raúl Henao .
Los trabajos perdidos, Álvaro Mutis .
Este lugar de la noche, José Manuel Arango .
Selva que regresa, Samuel Jaramillo
Las contadas palabras y otros poemas, Óscar Hernández
Retrato de artistas , Elkin Restrepo

Instrucciones para la nostalgia , Miguel Méndez Camacho, 2009. http://www.lalibreriadelau.com/catalog/product_info.php/manufacturers_id/17/products_id/24958
-

Libro inédito . http://www.divulgacion.unal.edu.co/libro_inedito.html

Mirar el aire , Felipe García Quintero, 2009 http://www.lalibreriadelau.com/catalog/product_info.php/manufacturers_id/17/products_id/24966

Hotel Amén, Carlos Patiño
Antes de la consumación, María Clemencia Sánchez ·
Breviario de Santana , Fernando Herrera Gómez .
Aún así. Poemas reunidos, Luis Aguilera .
Las hipótesis de Nadie, Juan Manuel Roca
La tierra memorable, Gabriel Jaime Franco .
La Quinta del Sordo, Nelson Romero Guzmán .
Dios sobra, estorba, Mery Yolanda Sánchez
Oscura edad y otros poemas, Pedro Arturo Estrada .
El vuelo inmóvil, Jorge Cadavid .
Lecciones de fagot, Fernando Linero .
Sanguinas, Fernando Herrera Gómez ·
La poesía es un viaje, Robinson Quintero Ossa

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Actualizó: NTC … / gra . Enero 27, 2010, 9:39 PM
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